Quinta reflexión |  12 de mayo

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Introducción

Al concluir el segundo mes de nuestra Novena de nueve meses a Nuestra Señora de Guadalupe, y al comenzar hoy oficialmente el tercer mes, demos gracias a Dios y a la Santísima Virgen por la gracia de la perseverancia que Nuestro Señor, por la mediación maternal de Nuestra Señora, nos ha concedido para que combatamos el buen combate, terminemos la carreray conservemos la fe (cf. 2 Tim. 4, 7).

La Virgen encomendó a San Juan Diego ser su heroico mensajero, como hoy nos encomienda a nosotros conducir a otros a Cristo, transmitiéndoles las verdades de la Fe y su belleza en la vida de oración y, sobre todo, en el culto divino. Sin embargo, tras la inicial reacción escéptica del obispo Juan de Zumárraga ante el relato de San Juan Diego sobre la petición de la Virgen, San Juan Diego se consideró indigno de la misión que la Madre de Dios había puesto en sus manos. San Juan Diego fue siempre dócil y obediente, pero, al mismo tiempo, dudaba de poder hacer todo lo que Dios le pedía. Cuando el trabajo le parecía particularmente difícil, pensaba en razones por las quela misión debía encomendarse a otro, e incluso llegó a sugerir a la Virgen queél no era la persona adecuada para su misión. Sin embargo, así como un niño sesiente confortado por el amor de su madre, así también San Juan Diego encontró consuelo en las palabras de Nuestra Señora:

Y sábete, hijitomío, que yo te pagaré tu cuidado y el trabajo y cansancio que por mí has emprendido (Nican Mopohua, n°92).

El Señor mismo nos enseña que Dios revela su voluntad alos "niños" (Mt 11, 25), a los que, como Él, son "mansos yhumildes de corazón" (Mt 11, 29), a los que reconocen que todo lo que sony tienen, viene de la mano de Dios y que, por tanto, ponen en Él toda suconfianza. Nos asegura que, si bien hacer su voluntad exige mucho trabajo y espesado, Él "nos dará descanso" (Mt 11, 28). Utilizando una imagen dela agricultura para describir nuestro trabajo con Él para la salvación delmundo, nos anima a "llevar [Su] yugo" (Mt 11, 29) sobre nuestros hombresy nos declara: "Mi yugo es fácil y mi carga ligera" (Mt 11, 30).

Ennuestra lucha diaria por ser fieles y generosos colaboradores de Cristo en suobra salvadora, invoquemos la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe y desu heroico mensajero, San Juan Diego, y tratemos de seguir su ejemplo. Cristo nunca nos fallará. Él hará eficaces para nuestra salvación y la salvación del mundo todos nuestros buenos pensamientos, palabras y obras. Cuando sintamos la tentación de rendirnos en la batalla, tengamos presentes las palabras de la Virgen a San Juan Diego, pues son palabras maternales que nos reconfortarán y animarán también a nosotros: "Y sábete, hijitomío, que yo te pagaré tu cuidado y el trabajo y cansancio que por mí has emprendido."

Quinta reflexión

Oremos.

En los primeros días de la novena, lleven los acontecimientos de la primera aparición en sus corazones mientras rezan lo siguiente cada día:

Oh Virgen Madre de Dios, acudimos a tu protección e imploramos tu intercesión contra las tinieblas y el pecado que envuelven cada vez más al mundo y amenazan a la Iglesia. Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, te dio como Madre nuestra al morir en la Cruz por nuestra salvación. Así también, en 1531, cuando las tinieblas y el pecado nos asediaban, Él te envió, como Nuestra Señora de Guadalupe, al Tepeyac, para conducirnos a Aquel que es nuestra única luz y nuestra salvación.

Por tus apariciones en el Tepeyac y tu presencia permanente con nosotros en la tilma milagrosa de tu mensajero, San Juan Diego, millones de almas se convirtieron a la fe en tu Divino Hijo. Por medio de esta novena y de nuestra consagración a ti, imploramos humildemente tu intercesión para nuestra cotidiana conversión de vida a Él y la conversión de millones más que aún no creen en Él. En nuestros hogares y en nuestra nación, condúcenos hacia Aquel que es el único que obtiene la victoria sobre el pecado y las tinieblas en nosotros y en el mundo.

Une nuestros corazones a tu Corazón Inmaculado para que encuentren su verdadero y duradero hogar en el Sacratísimo Corazón de Jesús. Guíanos siempre a lo largo de la peregrinación de esta vida hacia nuestro hogar eterno con Él. Que nuestros corazones, uno con el tuyo, confíen siempre en la promesa de salvación de Dios, en su misericordia inagotable, para todos los que se vuelven a Él con un corazón humilde y contrito. Por medio de esta novena y de nuestra consagración a ti, oh Virgen de Guadalupe, conduce a todas las almas de América y del mundo a tu Divino Hijo, en cuyo nombre te lo pedimos. Amén.

Cardenal Raymond Leo Burke

AUDIO | El Cardenal Burke recitando la oración de la Novena en latín

Otras lecturas

Los que deseen aprender más sobre las Apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe pueden encontrar el texto del Nican Mopohua en el siguiente enlace.

Nican Mopohua

Aquellos interesados en aprender aún más pueden disfrutar de una presentación que Su Eminencia realizó recientemente, que examina el inmenso mérito literario y espiritual del Nican Mopohua. Está disponible en el siguiente enlace.

PRESENTACIÓN DEL CARDENAL

Descarga la Oración