Introducción
Haciendo la Novena de nueve meses a la Santísima VirgenMaría bajo su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, encomendándonos a su guía y protección y confiando a su intercesión nuestras múltiples intenciones para la Iglesia y para el mundo, nos alegramos de la perfecta unión de su Corazón Inmaculado con el Sacratísimo Corazón de su Divino Hijo, Nuestro Señor y Salvador. Como la Virgen Madre de Dios dió su ser totalmente a Cristo desde elprimer momento de su concepción, así nosotros, siguiendo su ejemplo y buscando su intercesión, deseamos darnos cada vez más totalmente a Cristo. Nos alegramos del cumplimiento de la profecía de Isaías sobre la concepción virginal y el nacimiento del Salvador: "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que lavirgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Isaías 7, 14).
Estas palabras se cumplieron en la Anunciación. La VirgenMaría, con su "Fiat mihi secundum verbum tuum" ("Hágaseen mí según tu palabra" [Lucas 1, 38]), se convirtió en la Madre de Dios,la Theotokos, "Portadora de Dios" para el mundo. Ejerció sumisión de Portadora de Dios, de manera extraordinaria, en el cerro del Tepeyacdel 9 al 12 de diciembre de 1531 por medio de sus apariciones a San Juan Diegoy a su tío Juan Bernardino. El ejercicio de esa misión continúa hasta nuestrosdías a través de la estampa milagrosa de su imagen en el manto (tilma) deSan Juan Diego que ha sido fielmente venerado en su "sagrada casita"(Nican Mopohua, n. 26) desde el tiempo de sus apariciones hasta nuestrosdías.
Cuando, después de su primera visita con el Obispo, JuanDiego rogó a la Virgen que eligiera otro mensajero más eficaz, la Virgen lerespondió:
Escucha, el más pequeñode mis hijos, ten por cierto que no son tan escasos mis servidores, mismensajeros, a quienes encargué que lleven mi aliento, mi palabra, para queefectúen mi volutad; pero es muy necesario que tú, personalmente, vayas,ruegues, que por tu intercesión se realice, se lleve a afecto mi querer, mivolutad.” (Nican Mopohua, nº 58-59)
De Nuestra Señora de Guadalupe, junto con San Juan Diego,aprendemos que estamos llamados a ser portadores de Dios, heraldos de Cristo,en el mundo. Como portadores de Dios, nosotros, como San Juan Diego, somossiervos de la Madre de Dios. Que, por intercesión de Nuestra Señora deGuadalupe, seamos cada vez más sus fieles servidores, para que todos nuestroshermanos y hermanas la conozcan como Madre de Dios y experimenten su amormaternal incondicional hacia ellos y para que, a través de sus cuidadosmaternales, conozcan, amen y sirvan a su Divino Hijo.
Espero que compartan este mensaje con los demás.