Tercera reflexión |  23 de abril

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Introducción

Haciendo la Novena de nueve meses a la Santísima VirgenMaría bajo su advocación de Nuestra Señora de Guadalupe, encomendándonos a su guía y protección y confiando a su intercesión nuestras múltiples intenciones para la Iglesia y para el mundo, nos alegramos de la perfecta unión de su Corazón Inmaculado con el Sacratísimo Corazón de su Divino Hijo, Nuestro Señor y Salvador. Como la Virgen Madre de Dios dió su ser totalmente a Cristo desde elprimer momento de su concepción, así nosotros, siguiendo su ejemplo y buscando su intercesión, deseamos darnos cada vez más totalmente a Cristo. Nos alegramos del cumplimiento de la profecía de Isaías sobre la concepción virginal y el nacimiento del Salvador: "Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que lavirgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.” (Isaías 7, 14).

Estas palabras se cumplieron en la Anunciación. La VirgenMaría, con su "Fiat mihi secundum verbum tuum" ("Hágaseen mí según tu palabra" [Lucas 1, 38]), se convirtió en la Madre de Dios,la Theotokos, "Portadora de Dios" para el mundo. Ejerció sumisión de Portadora de Dios, de manera extraordinaria, en el cerro del Tepeyacdel 9 al 12 de diciembre de 1531 por medio de sus apariciones a San Juan Diegoy a su tío Juan Bernardino. El ejercicio de esa misión continúa hasta nuestrosdías a través de la estampa milagrosa de su imagen en el manto (tilma) deSan Juan Diego que ha sido fielmente venerado en su "sagrada casita"(Nican Mopohua, n. 26) desde el tiempo de sus apariciones hasta nuestrosdías.

Cuando, después de su primera visita con el Obispo, JuanDiego rogó a la Virgen que eligiera otro mensajero más eficaz, la Virgen lerespondió:

Escucha, el más pequeñode mis hijos, ten por cierto que no son tan escasos mis servidores, mismensajeros, a quienes encargué que lleven mi aliento, mi palabra, para queefectúen mi volutad; pero es muy necesario que tú, personalmente, vayas,ruegues, que por tu intercesión se realice, se lleve a afecto mi querer, mivolutad.” (Nican Mopohua, nº 58-59)

De Nuestra Señora de Guadalupe, junto con San Juan Diego,aprendemos que estamos llamados a ser portadores de Dios, heraldos de Cristo,en el mundo. Como portadores de Dios, nosotros, como San Juan Diego, somossiervos de la Madre de Dios. Que, por intercesión de Nuestra Señora deGuadalupe, seamos cada vez más sus fieles servidores, para que todos nuestroshermanos y hermanas la conozcan como Madre de Dios y experimenten su amormaternal incondicional hacia ellos y para que, a través de sus cuidadosmaternales, conozcan, amen y sirvan a su Divino Hijo.

Espero que compartan este mensaje con los demás.

Cuarta Reflexión

Oremos.

En los primeros días de la novena, lleven los acontecimientos de la primera aparición en sus corazones mientras rezan lo siguiente cada día:

Oh Virgen Madre de Dios, acudimos a tu protección e imploramos tu intercesión contra las tinieblas y el pecado que envuelven cada vez más al mundo y amenazan a la Iglesia. Tu Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, te dio como Madre nuestra al morir en la Cruz por nuestra salvación. Así también, en 1531, cuando las tinieblas y el pecado nos asediaban, Él te envió, como Nuestra Señora de Guadalupe, al Tepeyac, para conducirnos a Aquel que es nuestra única luz y nuestra salvación.

Por tus apariciones en el Tepeyac y tu presencia permanente con nosotros en la tilma milagrosa de tu mensajero, San Juan Diego, millones de almas se convirtieron a la fe en tu Divino Hijo. Por medio de esta novena y de nuestra consagración a ti, imploramos humildemente tu intercesión para nuestra cotidiana conversión de vida a Él y la conversión de millones más que aún no creen en Él. En nuestros hogares y en nuestra nación, condúcenos hacia Aquel que es el único que obtiene la victoria sobre el pecado y las tinieblas en nosotros y en el mundo.

Une nuestros corazones a tu Corazón Inmaculado para que encuentren su verdadero y duradero hogar en el Sacratísimo Corazón de Jesús. Guíanos siempre a lo largo de la peregrinación de esta vida hacia nuestro hogar eterno con Él. Que nuestros corazones, uno con el tuyo, confíen siempre en la promesa de salvación de Dios, en su misericordia inagotable, para todos los que se vuelven a Él con un corazón humilde y contrito. Por medio de esta novena y de nuestra consagración a ti, oh Virgen de Guadalupe, conduce a todas las almas de América y del mundo a tu Divino Hijo, en cuyo nombre te lo pedimos. Amén.

Cardenal Raymond Leo Burke

AUDIO | El Cardenal Burke recitando la oración de la Novena en latín
 

Otras lecturas

Los que deseen aprender más sobre las Apariciones de Nuestra Señora de Guadalupe pueden encontrar el texto del Nican Mopohua en el siguiente enlace.

Nican Mopohua

Aquellos interesados en aprender aún más pueden disfrutar de una presentación que Su Eminencia realizó recientemente, que examina el inmenso mérito literario y espiritual del Nican Mopohua. Está disponible en el siguiente enlace.

PRESENTACIÓN DEL CARDENAL

Descarga la Oración